el horizonte recoge hierba de entretiempo,
alzando lámparas verdes como lenguas de jade
con una luz que arrastra los sentidos
y hace saltar el corazón del musgo,
veo caer la hermosura de erguirse en la amargura de resistir
el regresar a esos llanos,
al musgo que se aferra a mi bandera:
en el amarillo del árbol que se traga
el sol y se despoja
del cielo enfurecido, del monedero de la luna llena,
encendiéndose por los caminos del llano –
en un claro de patria donde abrazo mis dos hogares terribles,
rechazo la luz de la página desierta.
el azul es del mar que respira hondo, elogiado en su inmóvil libertad. arrastra sus piedras en la espalda de una nación, pero sus olas
tiemblan en protesta, cuentan hasta cien
y se retiran, recogen algas y arenas debajo
del bramido del árbol insomne.
y la paralizante lucidez de este mar
retiene sus tibias sinfonías
en la palma de mi mano.
el rojo el de mi sangre; mi sangre que ama
las tierras altas y las tierras dormidas,
un tatuaje de onoto y de azafrán que envenena la dulzura de los recuerdos,
las rodillas rozadas por una juventud inquieta,
peligrosa pero libre, libre pero malcriada,
manchada de rojo,
manchada por ocho estrellas falsas.
Camila Ponce Hernández (2002, Anaco, Venezuela) estudia letras inglesas en York y escribe poesía bilingüe. Instagram: @milawritess
Me encantó mucho esa poesía, siento que describe parte de mi país Venezuela. No sé. ? Creo que estoy en lo cierto??? Muchas felicitaciones.
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