Es demasiado pronto para prender
la cafetera, los motores de los coches,
los botones de las jacarandas,
la esperanza que dormita.
Es enero y decimos que es demasiado pronto
para preguntar tu nombre,
silenciar mi historia
y reconocer el hábito de no hacerlo.
—
Es demasiado pronto para que llueva
y, sin embargo, llovizna.
—
Camino contigo.
Tanteamos la fertilidad de nuestra tierra,
la erosión que nos amenaza
y decimos que es demasiado pronto para abandonar la cosecha.
—
Nos entregamos con antelación a lo establecido.
Prendemos la cafetera, los motores de los coches,
las jacarandas de mi cuerpo,
la lluvia de tu tronco: nos mojamos.
Desgastamos la tierra por el uso
y engullimos la cosecha.
—
Es demasiado pronto para nosotros
y demasiado tarde para este poema.
Itzel Hernández nació un martes trece.
Hermoso 💝
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