Me sabes a vida,
no sólo a esta,
la que está atrapada en el ahora,
el ahora que no es más que lí mi te
entre el tiempo que ya no es
y el que aún está por ser.
Me sabes a vida pasada,
en la que todo es cierto y necesario,
en la que, sin más remedio,
comulgamos.
Significas mis recuerdos.
Me sabes a vida futura,
aquella que no es accidente
sino inevitable consecuencia
de un amor demasiado noble
y perfecto para comprenderlo.
Dignificas mis mañanas.
Y esto es tan sólo una probada,
servida en una sigilosa mirada,
que te coquetea desde la ventana.
Michelle Tapia (Ciudad de México, 1999) estudia filosofía.