El arroz de boda es el arroz cotidiano, preparado con manteca de cerdo, tomate y cebolla, pero a éste se le agregan pasas o trozos de papa; así se transforma el platillo en uno especial, digno de un acontecimiento como el amor eterno. El arroz de boda acompaña al asado de boda o al mole de boda.
La capiroteada no debe confundirse con capirotada, el platillo típico de Cuaresma que lleva pan de bolillo remojado en jarabe dulce, coco rallado y cacahuate, y que los niños odian con toda el alma. Cuando decimos capiroteada nos referimos a otra combinación singular, pero de colores: la persona que va por la calle con playera rosa y pantalón verde va capiroteada.
El chcht ni cómo explicarlo, es la interrupción molesta para silenciar, el regaño que sin hablar te enciende. En el cine escucho que dicen shhh, muy elegantes, pero el chcht es diez veces más molesto: ch-cht viene con pausa, fuerte, dice cállate o bájale a tu cháchara, Antonio, acá en la cocina estamos hablando de cosas más importantes. Chcht es el atributo favorito de las voces con autoridad.
Para dar el cambiazo uno tiene que revelarse homosexual después de entrarle a la vida de casado, o haberse fingido heterosexual. Por estos rumbos, por ejemplo, Miguel dio el cambiazo cuando lo sorprendieron besándose con el monaguillo, ahí en la esquina de la iglesia, fue un escándalo muy divertido.
Deoquis es fácil de ilustrar: deoquis escribí tres protocolos de tesis, porque ninguno fue el bueno. Trabajé inútilmente, en vano me desvelé y leí, ese bonche de cuartillas podría no estar en mi computadora y no lo echaría de menos.
Pasemos a unas palabras más sentimentales. La abuela llamaba gorupientos a los pájaros más comunes, los gorriones grises que pican la tierra. A los gorupientos y las palomas les arrojaba migajas de pan; el alpiste era para los canarios, los jilgueros y otras aves que ameritaban jaulas. Ella decía alpistle con ele.
Gorupiento, dice el léxico del noreste, es lo que se ve enfermo y descuidado, puede ser gente o animal, y viene de gorupo. Y gorupo se llama el insecto que vive en el plumaje de las aves y se alimenta de su sangre. Entonces el maldito pájaro no es gorupo ni gorupiento. Ni fu ni fa.
Pausa: La abuela nunca quiso tener un periquito, una vez papá le compró uno en el tianguis y ella le pidió que lo regalara porque en su casa ella tenía el monopolio del habla.
Pausa dos: La abuela quiso a papá de inmediato porque era blanco, y concluyó que tendría hijos blancos con mamá.
El guato se manifiesta cuando la gente se arremolina en la calle y arma borlote alegre, un desmadre pero de los buenos. Se extraña el guato, los lazos estrechos de la vida comunitaria que se desdibuja en la Antigüedad. Ahorita es más difícil que haya guato, si acaso cuando hay fiestas, pero ya nunca entre extraños.
A ver, el que viene sí me encanta: hechizo. Hechizo de algún pasado de hacer, se refiere al objeto o producto casero, a veces hecho por encargo. El pan de plátano que todos andan haciendo es pan hechizo. Así hay falda hechizo, rebozo hechizo, bordado hechizo, libreta hechizo. El artefacto no comprado es hechizo.
Otro, ya casi para terminar, la bendita hulera, esa arma preciada que construía su dueño, el niño norteño. Agarras una rama fuerte, de buena densidad y con forma de horqueta; le amarras dos hules y al final, el parche aguantador. De ahí salen volando las piedras, los guijarros también salen despedidos con fuerza impresionante, y el niño la pasea por todos lados, sintiéndose aventurero. La hulera era símbolo de canícula y vacación, verano vivo.
Ahora una palabra de tensión y averiguación. Las mujeres trasculcan o esculcan los pantalones del esposo, las cajoneras, todo lo que sirve de escondite, porque en una de esas dan con cartas largas y románticas, así descubren que el patán tiene otra mujer y, en el peor de los casos, otra familia. ¡En fin! Trasculcar es la búsqueda apremiante, con urgencia.
Por último y porque viene bien sacarlo a colación, está esa palabra lamentable, zopilote, la que todavía en algunos lados se usa para referirse al hombre de piel oscura, el que se ve con sospecha sólo porque existe y camina por la cercanía.
El pobre hombre nomás ve pasar nubes, nubes lentas, nubes embarazadas. La hinchazón truena y cae el diluvio.
Muy ciertas las palabras del noreste, las escuché mil veces en la infancia…. si quieren agreguen eso de te trasluces toda, que es cómo no usas fondo, je je! Ya ni existen. Y hay muchas más
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