Narrativa

Todo el tiempo del mundo

Te acuestas en el pasto para que el viento no te despeine más. Observas la barda de piedra construida cien años antes por personas lejanas a ti, pero cercanas a tu sangre.

Escuchas las voces y risas de tus primos, unos casados, otros por estarlo, y piensas que alguna vez tuvieron cinco años y eran, entonces, los pequeños de la familia.

Sientes la pluma con la que escribes y recuerdas a la persona que te la vendió en un semáforo en medio de Tlaxcala. Te sorprendes porque es de tinta suave y no se traba.

Hueles el humo del cigarro en tus dedos y en la playera que traes puesta, la playera de papá con estampado de Pearl Harbor. Recuerdas la vez que alguien te preguntó por ella y recuerdas también que dijiste que no te gustaba, aún así es de tus favoritas.

Ves el sol bajando lentamente y dejas que tus pupilas se inunden de naranja violeta. Los árboles y las montañas obedecen el color del cielo.

Te acuestas en el pasto de tu mejor lugar del mundo y también te acuestas en tu memoria, porque últimamente observarte es todo lo que sabes hacer.

Te acuestas porque el tiempo te asusta.


Sofía Muñoz nació en la Ciudad de México en 2001.

@sofia__mh

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s